FRANCO RAMOS

A Franco le costaba mucho concentrarse en sus estudios y en todo lo que hacia, le faltaba mucha disciplina.
Tenía reacciones muy violentas a la hora de hablar de sus obligaciones en el estudio.
El fue tratado durante mucho tiempo por un grupo interdisciplinario por una fundación que estaba formada por muchos profesionales.
Él neurologo de dicha institución le dignosticó atención dispersa.
Estuvo mucho tiempo medicado.
El año pasado lo curso con acompañante terapéutico y maestra integradora exigido por el colegio.
Cuando Franco entra a La Casona, notamos cambios casi de manera inmediata, a los tres dias…
No solo comenzó a hacer sus tareas sino que también mantuvo su esfuerzo.
Las reacciones de su persona, también cambiaron considerablemente, hoy ya casi no las tiene.
Ahora aprovecha muchísimo el tiempo, todo lo puede realizar en La Casona, tareas y estudio, lo vemos que esta muy organizado.
Nos asombra el hecho de tomar iniciativas en casa, por ejemplo el querer mejorar su letra, se pone durante tiempos largos y practica mucho su caligrafía.
La Casona merece por nuestra parte el mejor de los conceptos y reconocimiento, Ojalá la hubieramos conocido antes..
Estamos con mi esposa mucho mas tranquilos, más teniendo en cuenta las notas que esta obteniendo y que antes jamás las hubieramos imaginado.
Agradecemos la contención que La Casona brinda a nuestro hijo, vemos en ella un ambiente cálido, afectivo, con límites y autoridad bien marcados pero de buena manera, sanos…
Ruth t Victor Prato
Papás de Franco

Yo vivía enojado cuando me decian que tenía que estudiar.
Les faltaba mucho el respeto a mis padres y en especial a mi mamá.
En clases me aburría, no copiaba y encima molestaba mucho.
Estuve mucho tiempo con tratamiento, no me gustaba, y tampoco me dio mucho resultado porque no tenía interés y no ponía de mi parte.
Cuando entré a La Casona, no se que me pasó, todo fue diferente, poco a poco fui cambiando porque me hacian notar de una manera diferente mis errores… te hablan mucho…
La Casona es un lugar muy tranquilo, me gustó mucho el trato y la manera de trabajar.
En La Casona me exigen mucho pero me siento muy libre en mi accionar; cuando estaba en tratamiento no me gusta y muchas veces les mentía para terminar mas rápido, aquí en La Casona el tiempo se me pasa volando…
En La Casona no tengo ganas ni quiero mentir, me gusta cuando nos hablan… cuando leemos historias verídicas de hechos de personas…
Los profes de La Casona son muy buenos, te exigen mucho, pero son muy buenos…, se que si no nos exigieran sería como un juego.
Conozco muchos chicos que estan mal, me gustaria recomendarles La Casona.
Franco Ramos